Huesa (Jaén)
Este blog va sobre de huesa
-Huesa está situada al sureste de la provincia de Jaén en la Comarca de Sierra de Cazorla, el municipio cuenta con cuatro núcleos de población que son Huesa y las aldeas de Ceal, El Cerrillo y Cortijo Nuevo. Los abruptos paredones de la Sierra del Caballo se alzan junto a Huesa, que esparce sus viviendas hacia el valle del Guadiana Menor, uno de los principales afluentes del Guadalquivir.
Historia
El término municipal de Huesa se halla al sur del Pico del Caballo (1.400 metros de altitud), ocupado casi totalmente por la Depresión del Guadiana Menor. Aprovechando los recursos de la vega fluvial del Guadiana Menor están atestiguados diversos asentamientos humanos en el término de Huesa.Desde tiempos de la Edad del Bronce, la zona del Guadiana Menor estuvo poblada por comunidades que aprovechaban la fertilidad de la vega. En cerro Negro, situado a unos cinco kilómetros al suroeste de Huesa, hay restos de un asentamiento de esta época en cuatro terrazas escalonadas.
La importancia de este territorio en la época ibérica (siglo IV antes de Cristo) se pone de manifiesto con el oppidum de Castellones de Ceal, situado en el límite del término de Huesa e Hinojares.
En la etapa ibérica, este territorio jugó un importante papel, al convertirse en uno de los lugares de paso del tránsito de mercancías entre las altiplanicies granadinas con el Alto Guadalquivir, particularmente de cerámica griega.
En la etapa romana se produjo una transformación de su paisaje agrario con la proliferación de explotaciones agropecuarias, villae, uno de esta es la del olivar de Brazo Fuerte, al este de la localidad.
Durante la época islámica Huesa estuvo muy unida a Tiscar y Belerda. Según el historiador árabe Ibn Hayyan las tres fueron atacadas y destruidas en el siglo IX por las tropas del emir 'Abd Allah. Pero poco después vuelven a repoblarse y siglos después serían los últimos enclaves en manos musulmanas de la sierra. Tras la conquista en 1231 por el obispo Ximénez de Rada de Quesada y Cazorla, los núcleos de Huesa, Tiscar y Belarda, se mantuvieron independientes bajo la dirección de Mohammed Handon. En 1275, aún sin conquistar, Alfonso X las cedió a Ubeda, quedando como un islote de realengo dentro del Adelantamiento. Esta situación se solventó cuando Alfonso XI entregó Quesada al Concejo de Ubeda en 1331.
Durante la ocupación islámica el emplazamiento de Huesa se situaba al pie de un impresionante farallón entre los 800 y los 900 m. de altura. Se han estudiado los restos de la fortaleza de Huesa al pie de dicho farallón, que hoy llaman la calle de los Moros, y que se protegía con las propias peñas naturales y con una doble muralla que se remonta al siglo XI.
Tras la conquista definitiva de Granada, el núcleo de Huesa entró en una etapa de consolidación, trasladándose su población a la llanura próxima, su actual emplazamiento.
Varias veces cambió todavía Huesa de manos, ya que, en 1436, tuvo que ser conquistada de nuevo por Iñigo López de Mendoza, marqués de Santillana, y de nuevo, en 1455, por Francisco de la Cueva. Esta conquista definitiva significó la concesión del título de condado de Huesa por el rey Enrique IV. Por otra parte, después de la conquista y desaparición del reino de Granada, Huesa inició un proceso de estabilización y repoblación, dependiendo del término municipal de Quesada hasta 1847. Pascual Madoz informa, por aquellos años, de la existencia de un manantial de agua sulfurosa fría, que se utilizaba para usos particulares.
La actual parroquia de Nuestra Señora de la Cabeza conserva de su época originaria del siglo XVIII la torre de planta cuadrada y que diferencia el cuerpo de campanas de los demás con una moldura. Guarda en su interior algunas tallas del siglo XVIII como la de Nuestro Padre Jesús Nazareno y la de Virgen de la Cabeza, Patrona de la localidad.
Datos generales
Distancia a Jaén: 103 km.
Población: 2.843 habitantes.
Altitud: 655 m.
Superficie: 137 km2.
Gentilicio: Huesense, hueseño y osense.
Huesa pertenece a la comarca del Alto Guadalquivir, se extiende desde el centro de la comarca hasta el sur de la misma, justo en el límite provincial con Granada. En su término se distingue un sector, al norte y nordeste, de orografía montañosa en la que, entre pinares, se intercalan parcelas de olivos en las partes más bajas. Esta zona, precisamente, forma parte del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. El resto del territorio es de orografía más suave e inclinada hacia el río Guadiana Menor, con tierras ocupadas por pastos, matorral, tomillar y espartizal. Las tierras de labor se han incrementado de forma importante en los últimos años, haciendo que la economía de Huesa dependa del cultivo olivarero y, en menor medida, de la ganadería y la actividad forestal.
Las aldeas
Caniles
Arroyo Molinos
Arroyo Molinos
Los Cortijillos
Patrimonio Histórico
Parroquia de Nuestra Señora de la Cabeza
La iglesia parroquial, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Cabeza, es el edificio más representativo de la arquitectura osense. La localidad debió contar anteriormente con una pequeña iglesia gótica, levantada con carácter de urgencia hacia mediados del siglo XV, que no resistió el paso de los siglos. La actual iglesia conserva el perfil de la arquitectura religiosa del siglo XVIII, aunque ha tenido que ser restaurada en distintas épocas. Su elemento más característico es su torre, que es punto de referencia visual para toda la población. De base cuadrada, culmina en un cuerpo de campanas diferenciado por una moldura, con cuatro huecos rectangulares que cubren arcos de medio punto, y cubierto con tejas a cuatro aguas.
Fiestas comunes
*San Silvestre
*San Silvestre
-Dice el refranero popular que "por San Silvestre, despídete de éste", refiriéndose a que por la festividad del papa bajo cuyo pontificado cesaron las persecuciones a los cristianos en tiempos de Constantino, el 31 de diciembre, concluye el año. Conserva Huesa unas curiosas y peculiares fiestas en honor de San Silvestre, su patrón, que comienzan la noche anterior con la quema en la plaza de la iglesia de los llamados "Castillos del Santo", ritual de fuego en torno al cual no habrán de faltar quienes canten y bailen, ni quien apueste por saltar las llamas y los rescoldos de la hoguera. En el transcurso de esta festividad se conserva la costumbre, desde tiempo inmemorial, de "servir al santo", ya sea por cumplimiento de una promesa en señal de acción de gracias, o por un voto penitencial.
Mediante sorteo se adjudican los denominados "cargos" de Capitán, Abanderado y Guinche, los cuales quedarán obligados a organizar una celebración festiva en sus respectivos domicilios, comenzando por el Capitán y concluyendo al tercer día por el Guinche, además de vestir los trajes que le son propios a cada cual, inspirados en los originarios uniformes de gala del ejército del siglo XVIII, y que en la actualidad están formados por distintas vestimentas que tratan de recordar a las primitivas prendas. Habrán de acompañar, así ataviados, al santo en su procesión al son de un tambor, mientras que el Abanderado, terminada la función religiosa, hará una muestra de habilidad en el manejo malabar de la bandera, donde, a invitación suya, suelen participar también con el mismo cometido algunos de los presentes al acto.
Era costumbre antigua que cada cargo fuera acompañado por una escuadra de trabuqueros que iban haciendo descargas de salvas durante toda la procesión, siendo el estallido de la pólvora motivo de exvoto a San Silvestre y muestra de aprecio y amistad hacia aquellos ante cuya puerta se hacían sonar los disparos. Un desgraciado accidente acaecido el día 1 de enero de 1991, en el que un vecino perdió la vida por acción de una fatal descarga que rebotó en el suelo, hizo que se suspendieran desde entonces estos disparos festivos en honor del santo patrón. Pero menos peligrosa y mucho más apetitosa es la tradición de ofrecer a San Silvestre unos monumentales "roscos de baño blanco", dulce de reminiscencias e influencia morisca, que son obsequiados por los cargos y cuantos vecinos tienen promesa de hacerlo, los cuales son subastados al día siguiente, 1 de enero, dedicándose lo recaudado a las necesidades parroquiales.
*Día de Andalucía
El 28 de febrero el ayuntamiento en colaboración con las asociaciones de padres y madres del colegio y del instituto, organizan los actos festivos del Día de Andalucía.
Juegos, música y una gran paella popular son las actividades que viene realizaron; previamente se lleva a cabo el izado de la bandera de Andalucía mientras los asisitentes cantan el himno.
Juegos, música y una gran paella popular son las actividades que viene realizaron; previamente se lleva a cabo el izado de la bandera de Andalucía mientras los asisitentes cantan el himno.
*Fiestas y ferias del pueblo
Los días 14, 15, 16 y 17 de agosto se celebra la Feria de Huesa.
Costumbres
Gastronomía: Embutidos (destacando la morcilla blanca). Gachas, migas (llevan torreznos y pimientos secos). Guisos de caza, maimones, talarines, carocoles de los picos con arroz, gachas de harina. Gran variedad de bares y terrazas
*Gastronomia
-Tiene Huesa unas viandas propias de rituales festivos, como es el caso de los monumentales "roscos de baño blanco" que se le ofrecen a San Silvestre el 31 de diciembre, y que son motivo de subasta al día siguiente, dulces de claro origen morisco, y las tortas que son entregadas a quienes asisten a la misa en honor de San Marcos, el 25 de abril, que es costumbre sean repartidas por quienes han contraído matrimonio en el año anterior.
Pero tiene también Huesa otro ritual pitancero, éste de claro origen cristiano, como es la matanza del cerdo, la cual se lleva a cabo con la llegada de los primeros fríos, siendo aún frecuente en estos tiempos de alta tecnificación, que no quede familia en Huesa que no celebre y comparta con sus parientes y vecinos el ritual de la matanza porcina. Fruto de ella serán unas excelentes "morcillas negras", hechas, además de con la sangre del marrano como es tradicional, con cebolla frita, pan rayado y almendras picadas, que una vez embutida la masa en las tripas se cocerán en calderas de agua hirviendo. Estas morcillas, así como los chorizos y el lomo adobado, suelen freírse en aceite de oliva y guardarse en orzas para "ir tirando de ellas durante todo el año". Con las mantecas que sobran en las matanzas se elaboran sabrosas tortas que llevarán como acompañamiento los chicharrones porcinos, y unas deliciosas empanadillas.
La cocina de Huesa encuentra sus referentes culinarios también en tres comidas farináceas propias de la cultura de subsistencia basada en el trigo, tan presente y tan común en la comarca serrana en la que se haya ubicado. Unas peculiares "gachas picantes", llamadas así en contraposición a las gachas dulces tan frecuentes en otros lugares de la geografía jiennense, que además de la imprescindible harina llevan pimientos rojos secos, pimientos asados y picante, y que servirán para acompañar otras "engañifas" procedentes de la matanza. Y los populares andrajos con carne de caza menor, que aquí, como en toda la comarca, son llamados "talarines". Tal vez provenga dicho nombre del de "tela de harina", en clara referencia a la fina y muy extendida masa con los que están hechos, la cual habrá de cocer en un caldo hecho con un sofrito de pimiento, cebolla y tomate, con el sabor que dan los hervores de una carne de liebre, sobre todo, o de un conejo de campo. Frecuentes son las omnipresentes migas de pan, o de harina, con torreznos, chorizo, rabanillos, aceitunas y melón, o una vianda que aquí llaman "maimones", y que se elaboran como un puré de harina con colorante que da cobijo a otros productos de la matanza.
Propias de la tierra, y hechas con el aceite que producen sus olivos, son las "fritás" de carne, ya sea de pollo o cerdo, que se suelen acompañar de un pisto y tomar como tapa en los bares.
Dentro de los dulces, además de los ya citados roscos de San Silvestre, la cocina de Huesa guarda para las ocasiones festivas las "torrijas" y los llamados "roscos de sartén".
Artesanía
La artesanía en Huesa ha estado limitada tradicionalmente a las labores del esparto. El trabajo y la recolección del esparto ha sido parte importante de la economía de Huesa.
Desde muy antiguo se han fabricado con esparto numerosos objetos que estaban presentes en todas las casas: soplillos, esteras, espuertas, serones, aguaderas, cubiertas de garrafas, etc.
En la actualidad aún se sigue trabajando y recogiendo esparto, aunque su uso preferente está el ámbito de la construcción, pues se usa para armar y sujetar la escayola.
Recientemente ha surgido en Huesa otro tipo de artesanía, la de los jabones elaborados con aceite de oliva virgen-extra y las esencias de plantas aromáticas y medicinales